Anatomía de una caída de la tabla en GTD®
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«Caerse de la tabla» forma parte del juego. Ya lo sabes. Caerse no es un pretexto para el «esto no es para mí» ni una excusa para dejarse llevar hasta el abandono definitivo.
En mi experiencia, hay una serie de comportamientos —fácilmente identificables— que provocan la degradación de tu sistema GTD® y son la antesala de esta caída. Así que si detectas que te estás yendo hacia el «lado oscuro» ¡reacciona!
Incluso me he atrevido a describirlos en forma de «roadmap de la degradación». A ver qué te parece. Mucho me temo que lo que te voy a describir te va a resultar familiar 🙂
- Cuando «pintan bastos» empiezas a «saltarte» el paso de aclarar. Del capturar —o ni tan sólo esto— directamente al hacer. Tal como van entrando los temas vas haciendo. Independientemente de si es lo que tiene más sentido hacer en cada momento.
- Esto te lleva a dejar de entrar en las listas para ejecutar. Es la «evolución natural» de la mala práctica anterior. Estás todo el día de aquí para allá sin entrar en tu sistema. Y así van pasando los días, el sistema ya no está completo ni actualizado. Pierdes perspectiva global sobre todos tus asuntos.
- Como sabes que tienes «cosas en el sistema», estas empiezan a generarte ruido mental. Llega el momento en que terminas entrado en tus listas y ¡oh, sorpresa! descubres que hay siguientes acciones por hacer que empiezan a «quemar». Y lo solucionas asignándoles prioridades —urgente/importante— para que no se te pasen y/o las mueves al calendario para forzarte a hacerlas…
- Y, finalmente, aparece un sistema paralelo. Ya has perdido totalmente la confianza en tu sistema GTD®. Así que —sin casi ser consciente de ello— creas otro. Un «Frankenstein» para intentar mantener —falsamente— la sensación de control. Papeles encima de la mesa, post-It por todos los sitios, notas por doquier llenas de capturas que te cuesta descifrar, listas heterogéneas de tareas, recordatorios push, la bandeja de entrada de tu email vuelve a ser un «popurrí»…
- Y las Revisiones Semanales ya sólo son un vago recuerdo…
Siempre hay épocas turbulentas que tensionan el flujo de trabajo de GTD®. Y ser capaz de detectar que algo no va bien te permite anticipar las caídas de la tabla. Este es otro paso en el dominio de la metodología.
Así que no lo vivas como un fracaso, vívelo como una etapa más en el camino de aprendizaje de GTD®. Para la inercia e invierte un espacio de tiempo —¡sí, aunque estés en medio de la «batalla»!— en volver a subirte a la tabla, es la única manera de recuperar la sensación de control.
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