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«Aprender GTD»: Empezar de cero, ¿sí o no?

| tiempo de lectura 3:06'

Los primeros post de la serie los situaba en una fase que llamé «antes de empezar». En ellos te comentaba las dificultades previas al inicio del camino para dominar GTD. Hoy vamos a entrar ya en la segunda de estas teóricas etapas: «los primeros pasos».

Esta segunda etapa empieza cuando ya hemos tomado la decisión de implementar la metodología y nos ponemos manos a la obra. Llegamos a este punto después de, por ejemplo, leer alguno de los libros de David Allen, navegar por Internet recogiendo todo tipo de información o haber participado en alguna formación.

Antes de continuar, un breve apunte al respecto de uno de los puntos negros que vimos en en el post anterior y que vuelve a tener sentido ahora: la herramienta. Y es que en estos momentos sigue siendo crítico tener claridad de ideas al respecto. No busques la perfección o la excelencia técnica. La herramienta perfecta es la que vas a usar, así que mi recomendación es que escojas una cuyo uso ya domines. En otras palabras, no mezcles aprender GTD® con aprender a usar una herramienta nueva.

Bien, como te decía, ya lo tienes todo a punto. Te dispones a empezar el setup. Pero justo en este momento aparecen un par de nuevos puntos de fricción, en mi opinión muy relacionados entre sí, y que tienen que ver con cierta sensación de agobio inicial. 

Es normal. Vas a construir una mente extendida. Un completo sistema externo de recordatorios que va a suplir las carencias de tu cerebro, en el que vas a tener que confiar, y que va a estar relacionado con TODOS los aspectos de tu vida. ¿Es fácil sentirse abrumado/a, verdad? 

El primero de estos dos puntos de fricción a los que me he referido es tener la necesidad de empezar de cero. El segundo lo vamos a ver en el siguiente post.

Para que esta mente extendida sea funcional tiene que estar completa. Por esta razón, se empieza precisamente haciendo varios tipos de barridos. En ellos vas a capturar de manera masiva todos los elementos presentes en tu mundo, sobre los que aún tienes pendiente tomar alguna decisión.

Estos elementos pueden ser de todo tipo. Pueden ir desde esa factura que está encima de la cómoda del recibidor y que tienes que pagar, a la última llamada de tu jefe/a que aún te ronda por la cabeza; pasando por las vacunas de los peques que tienes que ir a encargar a la farmacia.

En los barridos recorremos partes de nuestra realidad que pueden estar muy desatendidas, y esto se nos hace muy evidente. Además, normalmente, la cantidad de elementos que capturamos, y por tanto visualizamos en este ejercicio, es ingente. Tenemos la sensación de que en nuestra vida hay muchas cosas «fuera de lugar» y muchos «cabos sueltos».

Así es normal que te agobies y tengas la tentación de echarte atrás. Como te decía, es habitual y le pasa a la mayoría de las personas. No worries.

De hecho, por lo que he podido observar, curiosamente, muchas veces la reacción a esto es precisamente sobrerreaccionar y pretender, más que capturar, ponerse a limpiar y ordenar. Y si lo quieres dejar todo a cero antes, no vas a empezar nunca con GTD.

Si bien estoy convencido de que utilizar GTD te va a cambiar la vida, poner orden a todos los aspectos de tu vida antes de empezar no forma parte de la implementación. Así que no te confundas, no se trata de empezar de cero.

Sin lugar a dudas, cuanto más completo sea el barrido inicial, mejor «nacerá» tu sistema. Pero no es excusa ni el «tengo tanto que es imposible», ni el «mi vida es un caos». Evita que esto te bloquee y te impida continuar adelante. La claridad viene después, no la busques antes de empezar.

Lo importante es que empieces, haz tus barridos y captura todo lo que puedas. A partir de aquí, y siguiendo el workflow de la metodología, ya irás tomando decisiones al respecto. Entonces, si te apetece, ya irás limpiando y poniendo orden de manera progresiva más adelante. Y si te has «dejado» algo, ya lo capturarás cuando aparezca.

Como ves, sigo insistiendo en varias creencias limitantes, y es que lidiar con nuestra «vocecita» interior juega un papel fundamental en el éxito de la implementación de GTD. En este caso, el impulso a querer empezar de cero.

Photo by Scott Webb on Unsplash

Comentarios

José avatar
José


Jordi antes de nada agradecer tus post, son siempre muy pedagógicos y prácticos. No todo el mundo disfruta de esa virtud de explicar claro y práctico. Si, si, voy al asunto. El tema de la herramienta es usar la que ya utilizamos, pero si no es así? Sé que puede resultar raro, pero puede ser. Aunque os leo siempre lo mismo a los profesionales de GTD para mi sigue siendo el gran problema y ya he probado varias. En definitiva, elegir herramientas no es fácil y como te guste probar aplicaciones, uf, una perdición. Perdona la disgresion. Gracias

Jordi Fortuny avatar
Jordi Fortuny


Hola José, muchísimas gracias por tu feedback. Siempre viene bien para ver que estamos en el buen camino :)

Aprender GTD y aprender a usar una herramienta conlleva muchos cambios y mucha energía. Además las herramientas no te ayudan a aplicar bien GTD, más bien lo contrario, lastran el proceso de aprendizaje.

Utilizar una herramienta que ya sabes usar, es la mejor opción. Y una libreta, o cualquier herramienta ofimática de uso habitual, permite hacer listas y tener tu sistema GTD en ella. Quizá tengan poco glamour pero te aseguro que funcionan.

¡Hablamos!
Jordi

Fernando Rius avatar
Fernando Rius


Hola Jordi.En mi caso lo unico que me funciono es una humilde libretita y solo para capturar sin agregarle ninguna otra cosa. ES INSUPERABLE!! .GRACIAS.SALUDOS!!

Jordi Fortuny avatar
Jordi Fortuny


¡Hola Fernando!

¡De humilde libretita, nada! Vale como cualquier otra herramienta ;)

Abrazo,
Jordi

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